Pues sí amiga, en pleno siglo XXI siguen pasando cosas que no son de recibo y tenemos que comentarlas abiertamente.
Cosas como la gordofobia, la falta de preparación para aceptar el vello femenino, el tabú de la menstruación o los prejuicios que generan las mujeres que hablan abiertamente de su masturbación o de su gusto por el sexo, porque esto existe ¡hay mujeres que disfrutan del sexo, lo buscan y lo piden por mero placer personal!
Las gorduras
La gordofobia incluye también esa idea que tienen algunas personas de que todas los gordos y las gordas del mundo esconden donuts por sus cajones y se atiborran de guarradas a la menor ocasión. Y, por contra, que todos los flacos se alimentan de frutas, verduras, ensaladas y poco más. ¡Nada más lejos de la realidad! Como tampoco es cierto que todos los gordos estén siguiendo alguna dieta de adelgazamiento.
Y créeme si te digo que este país somos especialmente intolerantes con la gordura y otros detalles estéticos que percibimos como negativos. De hecho, en otros países como Irlanda, Francia o Italia, cuentan con mujeres de más de 50 años (sin teñir y/o sin maquillar) para vender cosméticos en comercios de belleza similares a Druni o Prieto . Algo que también aplica a marcas de ropa populares. Mientras que en España las desechan en cuanto cumplen cierta edad o se pasan de kilos para tener una plantilla bien parecida y a tope de maquillaje en nuestros comercios ¿me lo explican?
¿Acaso alguien mayor que luce canas y kilos de más no puede conocer los beneficios de una crema o recomendar un tónico?
No puede ser que de verdad creamos eso, que las personas de más de 60 kilos no son aptas para vender moda, aconsejarnos respecto a los outfit más ponibles o recomendarnos un tipo de maquillaje. Aunque es algo que no sé con certeza si depende de la dirección de cada comercio o de la franquicia/marca. Pero, ya que yo también estoy en un puesto de dirección, te digo que me parece un error de principio a fin y también un motivo para boicotear a los comercios que lo permiten o fomentan, ya que nos gusta tanto incitar a la agitación en las redes sociales ¿por qué no por algo así?
Los pelillos están ahí por algo
Depilarse o no depilarse, esa es la cuestión. Pero la cuestión personal que debe barajar cada una, porque al final el pelo sale para todos y bueno, si sale será por algo ¿por qué hacemos tantos ascos al vello femenino? ¿Es un crimen contra la humanidad dejar de depilarse las axilas? Es que hay mujeres que han insultado a otras mujeres por lucir pelos en verano y eso sí que me parece una actitud machista fomentada por nosotras . ¿De verdad que si no me quito los 4 pelos que me salen es porque soy una gorrina?
Y ya que hablamos de pelillos, los del coño (la vulva si hay menores) me parecen más que obligatorios, sobre todo para protegernos de infecciones y hongos, que hay mujeres que tienen que medicarse cada dos por tres, hasta el punto de venderse estos medicamentos sin receta y anunciarse por la tele tanto o más que las marcas de compresas y tampones. ¿Estamos tontas?
A mí personalmente no me gustan los hombres rasurados (aunque cuando hablamos de la cabeza los prefiero calvos, pero qué se le va a hacer) y no quiero bajo ningún concepto confundir los genitales de un hombre con los de un niño. A mí me gustan los hombres con los pelos que les toquen y, si puede ser, que estén por el cuerpo y no en la cabeza.
No te rías, son cosas mías. Pelos en el cuerpo sí, pero mejor si son calvos ¡qué le voy a hacer!
Está bien cualquier cosa que una decida para sí misma, con o sin pelo, siempre que se sienta cómoda. Así es como debería ser, pero con libertad total de llevarlo a la práctica. Y no acepto bajo ningún concepto que un hombre rechace a una mujer por su abundancia o escasez de vello. Y ojo con herir vulnerabilidades, porque es cierto que todos en la cama nos sentimos más sensibles y expuestos, pero que un tipo no quiera comerte el coño porque no te depilas ¡eso faltaba!
La regla de las narices
No es que a mí la sangre me salga habitualmente por las fosas nasales, ni mucho menos, pero es que estoy hasta las narices. Me parece indignante que con más de 30 años haya que explicar a un hombre lo que es exactamente la regla o que no se pueda hablar de eso en público.
Como también aburre el que te acusen de tenerla cuando tienes un mal día, has dormido mal o estás malhumorada ¡vamos a ver! ¿Los hombres no tienen nunca ningún día así? ¿Son siempre paz y amor?
El que ellos tengan un nivel hormonal más estable y nosotras nos enfrentemos a ciclos de bajadas y subidas ya es una diferencia significativa (punto para nosotras), pero no se le puede achacar a la menstruación todos los males del mundo. A veces es solo que nos saturan tantas tonterías o tenemos menos paciencia.
A mí, por ejemplo, las reglas me dan por los pensamientos trascendentales y por eso, todas las reflexiones de dónde estoy, adónde voy, dónde me imagino en 5 años o cómo debería plantearme la vida a partir de ahora, para mí son balances periódicos que me surgen cada 28 días más o menos. Y, a veces, si me pilla un periodo complicado, hasta me puede dar por llorar, pero suele ser en la soledad de mi hogar y como parte de mi proceso hormonal ¡algo más que superado!
Lo que quiero decir con esto es que estaría bien practicar más la empatía y menos los prejuicios, porque si vas a sacar tus propias conclusiones de cuantas personas te rodean, en base a su humor, el estado de sus pelos o su peso ¿de qué sirven las conversaciones? Si das por hecho cosas sin hablar o sin preguntar o prejuzgas a la gente, es como si pensaras que lo sabes todo de todos y entonces ¿para qué relacionarnos? ¿Qué sentido tendría?
Nos hacemos pajas, sí y también nos gusta el sexo
Quizás no todas, quizás no todos los días, pero a las mujeres también nos gusta el sexo y también nos lo pide el cuerpo. Es obvio que, cuando hacemos el cambio o se despierta nuestra madurez sexual, el cuerpo nos avisa de una u otra forma. Los hombres tienen su primera polución nocturna bastante temprano o bien tienen una eyaculación espontánea mientras se están tocando. Pero a todos les sorprende su cuerpo en algún momento durante la pubertad.
Pues a las mujeres nos pasa lo mismo. Bien sentimos atracción sexual así sin querer, en un momento dado o nos damos cuenta de que hemos mojado las bragas cuando nos abraza un hombre, el que sea o bien nos sorprende un orgasmo nocturno involuntario o diurno mientras nos tocamos por instinto y sin saber muy bien lo que estamos haciendo. Cada una vive ese «despertar» de una forma, pero suceder sucede.
Otra cosa es la motivación de buscar ese placer extraño y nuevo conscientemente, después de esa primera vez y a través de la masturbación. Eso pasa, tarde o temprano, bien por nosotras mismas o bien a través de la primera relación sexual ¡y es normal en cualquier caso! Simplemente aparecen nuevas capacidades físicas que antes no teníamos y que están ahí para nuestro uso y disfrute personal.
Las perlas que encontramos en las RRSS y que se difunden a lo largo y ancho de nuestro pequeño mundo
Me sorprenden esas frases que se cuelgan en memes, algo así como «un hombre cree que quiere una mujer a la que le guste el sexo hasta que encuentra a una». Por mi experiencia y por las confesiones de mis amigas más cercanas, puedo decir que estoy a favor de comentarios de este tipo, aunque vaaaaaaaaale, generalizar está feo.
Partimos de la base de que un hombre tiene que «recargar» tras una eyaculación, independientemente de cuanto le cueste, porque hay hombres que pueden pegar dos polvos seguidos, otros que tienen que esperar un poco más y también los habrá que ese poco más suponga horas (o días). Hay de todo, pero el hecho contrastado es que ellos tienen que eyacular y preparar otra eyaculación. Por lo general nosotras no. Lo que significa que podríamos tener más orgasmos que ellos en un mismo periodo de tiempo o con más frecuencia.
Yo puedo tenerlos seguidos y te puedo confirmar que 5 o 6 orgasmos no es motivo de cansancio de ningún tipo para el cuerpo de una mujer.
La pega es cuando es a los hombres a los que les duele la cabeza y con lo mucho que les gusta quejarse en público de nuestros rechazos. ¡Lo que hay que aguantar! Pobrecitos ellos que todavía hay muchos que se creen que deben dar la talla en público y frente a sus amigotes, confirmando que son unos machos ibéricos en condiciones y creados para satisfacer a tantas mujeres como quieran. De verdad que a veces ese estatus que se marcan y al que deben llegar frente a los demás (de boquillas) les debe hacer polvo.
Otra cosa es también lo que nos gusta juzgar a las personas que son capaces de hablar abiertamente de sexo con cualquiera. Esos comentarios tan humanos y comunes y que de repente te convierten en una fresca (valga mi eufemismo). Pues no, ni todos los hombres son motores a inyección en la cama ni todos están faltos de sexo porque nos negamos a dárselo ni tampoco hablar de sexo con naturalidad implica que te hayas tirado a medio país y parte del extranjero.
Y señoras, que el sexo es algo natural, humano, para lo que estamos diseñados y además satisfactorio, lo vivamos como lo vivamos, aunque seamos monógamos. Porque cuando no lo aceptamos así o no lo comentamos, es cuando surgen las tonterías y las falsas creencias, además de otros traumas, complejos o conflictos personales que pueden hacernos mucho daño.
Vamos a ir terminando
Disculpa porque he empleado un tono poco habitual en mis comentarios, pero llevo leyendo varios artículos seguidos de chicas con problemas a raíz de alguno de estos puntos y sus malas interpretaciones y estaba ya un poco hasta la pera.
Señoras: tenía que decirse y se dijo.
Y ahora te voy a contar algo que me pasó a mí, aunque entramos ya en el terreno de las malas experiencias en las relaciones. Yo estuve con un chico que en la cama se manejaba bastante mal. Su técnica de cunnilingus era un desastre (al menos para mí y mi anatomía, que puede ser que a otra le haya encantado) y culpa mía no haber sido mejor maestra, porque ahí tengo parte de responsabilidad. Lo cierto era que él tampoco mostraba mucho interés si yo no llegaba al orgasmo durante nuestras relaciones, hasta el punto de que nuestra primera pelea fue porque a él le daba igual (aparentemente) si yo disfrutaba o no, por lo que el resultado es que él terminaba siempre y yo solo alguna vez.
Ese mismo chico me pidió en una ocasión que me depilase por completo, pubis, labios y todo y bueno, cedí a la experiencia. Y el resultado es que cuando se quiso acercar a mis partes, el pelo ya había crecido ¡tal era su deseo porque yo disfrutase con él en la cama! Pero esa relación duró más de 6 años, si no cuento mal y ahora mismo, hoy en día, no la hubiera aguantado ni 6 días. Que una cosa es ponerle ganas y otra creer en los unicornios.
No amigas, no a todos los hombres les gusta el sexo, como no todos son buenos amantes ni desean complacernos por encima de cualquier cosa ni tampoco el matrimonio es el culpable de que follemos menos, eso es algo que sucede antes o después en determinadas parejas y es cosa de dos.
Y como ya me he descargado aquí todo el cabreo, abro debate para que te sientas libre de comentar lo que quieras o contarme lo que te dé la gana. Te leo.